El ladrón de almas

El ladrón de almas

jueves, 29 de mayo de 2014

Los signos del ocho, de Enrique Ballesteros, por María del Pino.



Esta pasada Feria del Libro, en Córdoba, presenté la novela del escritor malagueño Enrique Ballesteros: LOS SIGNOS DEL OCHO.
Aquí dejaré las palabras de la presentación. Al fin y al cabo, son mis impresiones sobre su novela.


Muy buenas tardes a todos y bienvenidos.






Hoy estamos aquí para presentar una novela de aire andaluz que ha llegado pisando fuerte a la Feria del Libro de Córdoba. Sí. Pero también estamos reunidos para conocer un poquito más a este autor malagueño que hoy tengo el honor de presentar. Hacerlo para mí es un placer inmensurable porque cuando me inicié en el mundo de la literatura, allá por el 2011, conocí muchos escritores de la tierra. Sin embargo, mi primer amigo, el primero con el que compartí una conexión amistosa y duradera ¡¡y!!, además, un cariño regalado a raíz de la lectura de su primera novela, “ANCESTRA”, fue ENRIQUE BALLESTEROS.

¿Qué decir de él? Pues como bien pone en su biografía, Enrique Ballesteros es malagueño, biólogo, divulgador ambiental y escritor. Tenemos delante a un licenciado en biología por la Universidad de Málaga y experto TIC en turismo Sostenible. Como ya he mencionado, publicó su primera novela “ANCESTRA” en 2010 y colabora con diversas radios, televisiones e incluso en Internet, tratando sobre temas relacionados con el medio ambiente y la naturaleza y biodiversidad de los espacios naturales andaluces.
Ahora, con “los signos del ocho” nos presenta su segunda novela.
Voy a ser breve para darle paso lo antes posible al protagonista, que es la persona más cualificada para hablarnos de su obra.

Cuando Enrique me confió presentarla, reconozco que ya daba de hecho varios factores:
1- Iba a tener misterio asegurado.
2- Habría hechos inquietantes y con intriga.
3- Los follones estarían aguardando a sus personajes.
4- La naturaleza haría acto de presencia de manera contundente.
Y 5- La diversión formaría parte del conjunto.

Pues, conforme abrí el libro y leí los primeros capítulos, ya supe que a eso se le añadiría al carro pequeños retazos de sexo. El libro lo inaugura nuestro autor con una sabía reflexión sobre la vida, los recuerdos y los momentos en blanco. La pregunta clave que la resume sería: ¿Qué pasaría si hubiese lagunas en la mente? Y ahora les pregunto para que piensen: ¿Cómo reaccionarían ustedes si se despertaran con la mente vacía, solo recordando cosas básicas como el nombre, los apellidos y algunas otras más comunes?
Enrique nos muestra qué pasaría gracias a la vida que ha cobrado gracias a él un personaje muy peculiar. Este es Javier. Después de la reflexión de la que he hablado, el protagonista se despierta en una maravillosa playa junto a un compañero de aventuras nocturnas, del cual, por culpa de la borrachera, no se acuerda muy bien. Una vez que se despide de su nuevo amigo, León, los pasos lo van guiando por la playa y un bar en el que se entera que trabaja desde la noche anterior hasta un buen sitio en el que descansar. Allí conoce a la recepcionista Lucía y junto a ella y León va a ir viviendo una serie de aventuras que cada vez van a ir poniéndose más y más interesantes. Todo porque de vez en cuando le vienen a la memoria que parece tener perdida flashes de su vida pasada. Lo curioso de esto es que solo recuerda los asuntos que tengan que ver con el sexo. Una chica después de ganar el  Mundial de fútbol, la playa, una alemana, en suiza…
Como ya he comentado, con sus nuevos amigos se mete en líos. Y todo empieza a raíz de un tiroteo en mitad de una manifestación a favor de proteger y cuidar la naturaleza.
Enrique nos narra la historia, sobre todo al principio, de manera muy descriptiva. Contiene una belleza especial que va tejiendo toda la obra. A veces (y comparto lo que he leído en la crítica) roza con suavidad y delicadeza la prosa poética. También admito que aunque nada más empezar a leer uno puede creer que va a ser una historia lenta y pausada, enseguida se desengaña, sorprende y cambia de opinión con la aparición de los personajes. Esos comentarios tan esporádicos, llenos de vida y luz que adornan el libro provocan que la obra brille e incluso sonrías.
Aquí presentamos una novela repleta de ironía, humor, crítica social y sentido común. Una historia llena de intriga y misterio. ¿Quién será Javier y qué esconde? Solo les digo eso a la vez que les invito a conocerla.
Los signos del ocho, una novela de rápida lectura, reflexiva y entretenida cuyo final os sorprenderá y dejará boquiabiertos porque nada es lo que parece, expresión que última y personalmente me acompaña.

MUCHAS GRACIAS A TODOS.



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Por María del Pino
Presentación en la Feria del Libro de Córdoba.