El ladrón de almas

El ladrón de almas

lunes, 4 de marzo de 2013

Microrelato: Silenciando al lobo.



    -Dientes que herís mis entrañas al masticarlas entre sus afiladas fauces como si mi carne de un suculento manjar se tratase. Uñas que arrancáis mi corazón ensangrentado por los múltiples arañazos que anteriormente le habéis permitido hacerme. Puño que golpeas con saña mi cara cada día tras dejar que la fiera vomite sobre mí que no soy nada más que un puñado de estiércol sin su persona... Sí... Tú, maldito ser despreciable... recuerda esto en el infierno al que vayas porque es un mensaje para ti: ¡¡BANG!!

     En la tranquilidad de una celda, la presa ya no escucha ni un solo aullido más... El lobo feroz, al fin, ha silenciado... 

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Por María del Pino.