El ladrón de almas

El ladrón de almas

miércoles, 2 de mayo de 2012

El día de antes.

Muy buenos días, amigos.


          Aunque no es la primera vez que presento una novela -incluso he sido la portavoz en un acto-, no me acostumbro a estas cosas. Mañana, como muchos ya sabéis, es la presentación de mi tercera novela. En un año y pocos meses he publicado tres. Mi trilogía. La verdad es que le tengo mucho cariño y me ha dado "harta pena", como diría uno de mis personajes, finalizar este episódeo, cerrar sus vidas, y, entre comillas, la mía con ellos.
          Asemejo estos nervios que tengo, de cierta forma, al día de antes de una boda. No sé si serán mayores que los míos ahora o no, pues no me he casado. Peeero, supongo que a lo mejor, en parte, sí. Solamente puedo decir que mañana es un día importante para mí y para muchas personas que me rodean. Mañana culminará un esfuerzo previo en el nacimiento oficial de mi "Don Fernando". Yo creo que tengo derecho a estar nerviosa. Sobre todo, nerviosa ante el hecho de exponerla a un público, unos amigos, unos familiares que por ahora saben poco de ella y desean saber más. Quizás, ahora que lo pienso mejor, sea como presentar tu novio "desconocido" a la familia... No lo sé. Hoy, "sólo sé que no sé nada".
          Eso sí. Tengo clara una cosa. Estoy contenta gracias a todos aquéllos que me han ayudado, animado, alentado y arropado. También soy feliz por poder sacar una tercera novela tan pronto. Y... me alegra enormemente saber que la gente la recibe tan bien. Eso es "la guinda del pastel". Porque... como siempre digo y siento: "a través de mis escritos, de mis aventuras imaginarias, a parte de disfrutar yo, deseo de todo corazón entretener". Pienso que ya que alguien "se toma la molestia de leerme", que disfrute tanto o más que yo. Eso sería grandioso y lo suyo, ¿no creéis, amigos? Porque si un escritor narra una historia a modo de novela o relato, o cuenta una fábula, sus sentimientos o deseos en un poema, lo que busca es entretener y conectarse de cierta forma con el lector. Somos simples emisores que buscamos que el receptor se entretenga con un medio que fabricamos nosotros mismos usando la palabra, la imaginación...
          Por eso, espero que los que mañana me acompañéis, os lo paséis bien. Estoy muy agradecida. Y a los que no podéis, también me gustaría daros las gracias por vuestro apoyo.

Ahora os dejo. No os entretengo más.
Un fortísimo abrazo, porque sé que si habéis llegado hasta aquí leyendo, me apreciáis y apoyáis. Eso es de agradecer, ¡y qué menos que con un abrazo!


María del Pino.